EL PAÍS EN EL QUE
NOS GUSTARÍA MATERNAR
PERMISOS Y PRESTACIONES DIRECTAS A LAS FAMILIAS
Ampliación, transferibilidad y universalización de los Permisos por Nacimiento y Cuidado del Menor
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Demandamos la ampliación de los permisos por nacimiento, su transferibilidad y universalización. Nuestra propuesta es de mínimo un año de permiso, la mayor parte transferible para permitir la adaptación a las diversas situaciones familiares.
Estas semanas transferibles estarían asignadas a la madre de manera preferente para proteger sus procesos físicos, psicológicos y emocionales. También se debe contemplar la flexibilización del tiempo para poder utilizar las semanas de permiso más allá del primer año de vida de la criatura. Estos permisos deben ser universales, no deben estar condicionados a que la madre haya cotizado ni tenga empleo formal, con el objetivo de dotar de derechos reales a las trabajadoras con empleos precarios o desempleadas.
Es fundamental que:
– Se elimine la actual discriminación hacia las familias monomarentales, otorgándoles las mismas semanas que a las familias biparentales.
– Se recuperen y se amplíen las semanas que han perdido las madres de partos múltiples.
– En casos de violencia machista, la totalidad del permiso sea asignado a la madre, sin parte transferible para el padre.
– Se elimine la actual discriminación a familias lesbianas en la filiación de sus hijas e hijos, y por lo tanto en el acceso al permiso por nacimiento.
– Se implementen medidas específicas para trabajadoras autónomas, que en muchas ocasiones no pueden permitirse parar su actividad profesional ni en los primeros meses de crianza.
Esta propuesta responde a la demanda de las madres de ampliación del permiso de maternidad, congelado desde 1989.
Permiso preparto y permiso puerperal
Leer más Las madres que gestamos y parimos pasamos por procesos sexuales y reproductivos que están totalmente invisibilizados. Por ello demandamos estos dos permisos específicos pre y postparto. – Un permiso preparto, retribuido y universal, para la protección de la última etapa del embarazo y del parto, mínimo desde la semana 36 de gestación hasta el momento del parto. Es la única manera de que las madres no tengamos que recurrir a bajas médicas, ni a los duros requisitos para la suspensión temporal de contrato por riesgo para el embarazo. – Un permiso puerperal, universal y retribuido que garantice derechos y recursos en esta etapa tan vulnerable: para facilitar la recuperación del parto vaginal o por cesárea, la instauración de la lactancia materna, la protección del posparto, exterogestación y puerperio, y que sea también aplicable en la recuperación física y psicológica de pérdidas gestacionales. Debe empezar una vez finalizado el parto y durar como mínimo 14 semanas. -Que estos permisos preparto y puerperal sean independientes del actual Permiso por Nacimiento y Cuidado del Menor.
Prestación universal por menor a cargo
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Somos el único país de Europa que no tiene una prestación de estas características, imprescindible para paliar la tasa de pobreza infantil y materna.
Demandamos:
– Una prestación universal por menor a cargo similar a la de otros países europeos con mejores políticas sociales, imprescindible para construir un sistema de protección a la crianza realmente digno y no asistencialista. La prestación que ya existía en nuestro país, además de ser muy insuficiente, ha desaparecido y ha sido asumida por el IMV, dejando a muchas familias fuera.
– Que el cobro de esta prestación sea para la unidad familiar, pero garantizando que la persona que perciba esta prestación sea la progenitora que ejerce principalmente las responsabilidades por cuidado de hija e hijo y/o la que ve disminuidos sus ingresos por el cuidado del menor, con una legislación que tenga en cuenta las desigualdades existentes en el sistema patriarcal.
Reducciones de jornada y excedencias remuneradas
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Más del 85% de las excedencias por cuidados son solicitadas por mujeres para solventar el escaso permiso materno, y más del 90% de las reducciones de jornada también son solicitadas por las madres, con el consiguiente empobrecimiento que conlleva.
Por ello exigimos:
– Que las reducciones de jornada para el cuidado de menores coticen al 100% durante todo el período que se soliciten.
– Que las excedencias por cuidado del menor sean remuneradas y las reducciones de jornada sin pérdida salarial, para garantizar la protección de la crianza temprana de 0 a 3 años.
Permiso retribuido por enfermedad, hospitalización, cuarentena de hija o hijo y por otras obligaciones derivadas del ejercicio de la crianza en el ámbito escolar
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Son urgentes medidas que pongan la vida por encima del empleo.
Para que esto sea posible demandamos:
– Aumentar los días de permiso retribuido por enfermedad de hija o hijo y ampliar sus supuestos, siendo insuficientes tanto los actuales 2 días (4 con desplazamiento) para atender a un hijo o hija como que se concedan exclusivamente para casos de enfermedad grave, intervención quirúrgica u hospitalización.
– Permisos amplios para las obligaciones derivadas del ejercicio de la crianza en el ámbito escolar: reuniones, tutorías, eventos escolares y adaptaciones escolares (esto último imprescindible para menores que asisten a centros infantiles en la etapa 0-6).
– Que en situaciones de emergencia sanitaria, exista un permiso por cuarentena, que permita al o la progenitora cuidar al hijo/a que debe quedarse en casa.
– Que en aquellos permisos que se asignan a las y los progenitores, se contemple la situación de las familias monomarentales y se dupliquen los días de dichos permisos para equipararse a las familias biparentales.
Estos permisos deben ser universales, no deben estar condicionados a que la madre haya cotizado ni tenga empleo formal, con el objetivo de dotar de derechos reales a las trabajadoras con empleos precarios.
DERECHOS LABORALES
Protección laboral para el embarazo y la lactancia
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El sistema laboral actual discrimina a embarazadas y madres, por ello es importante:
– Revisar los criterios para favorecer el paso de las mujeres embarazadas y madres lactantes a la situación de suspensión de contrato por riesgo para el embarazo y la lactancia con reserva del puesto de trabajo, prestando especial atención al primer trimestre de embarazo, por ser el más vulnerable
– La implementación de una legislación clara, basada en la evidencia científica y donde prime el principio de precaución, que proteja a embarazadas, fetos y bebés amamantados de los riesgos laborales, y que contemple sanciones a aquellas empresas o administraciones que pongan impedimentos a la tramitación de esta protección. Que existan mecanismos ágiles para que las mujeres no tengan que ser las que aporten la prueba del perjuicio.
– Incluir la reclamación judicial de la denegación de estos derechos relacionados con la salud laboral entre los temas que se pueden hacer en los tribunales por el trámite de urgencia.
Erradicación de la discriminación laboral de embarazadas y madres
No nos discrimina la maternidad, sino el mercado laboral patriarcal que no nos permite maternar con dignidad y recursos. Debemos poner el foco en una transformación radical del sistema laboral para que sea corresponsable con los cuidados. Por ello, exigimos:
– Que se refuerce la formación y competencias de las Inspecciones de Trabajo y de los Juzgados de lo Social, actuando con celeridad en estas situaciones de especial vulnerabilidad.
– Que se penalice a las empresas que discriminen a embarazadas y madres tanto en el acceso al empleo como en la promoción de su carrera laboral.
– Incentivos para la contratación de personas que han estado en situación de desempleo derivado del trabajo de cuidados y que se quieren reincoporar al mercado laboral.
– Un cambio en la cultura empresarial que favorezca el cuidado del embarazo y la crianza como riqueza por y para toda la sociedad. Mientras esto llega, es necesario ampliar la dotación, la formación y las competencias de todos los organismos del Estado y las Comunidades Autónomas, ya que son los encargados de salvaguardar y proteger los derechos laborales de las embarazadas y las madres.
– Que se tengan en cuenta los periodos dedicados a los cuidados como tiempo efectivamente trabajado. Exigimos el reconocimiento de la crianza y el cuidado de personas dependientes a la hora de optar a un empleo público o privado o de contabilizar en la vida laboral. Además, que las “Acreditaciones de las Competencias profesionales adquiridas por la experiencia laboral y aprendizaje no formales” incluyan el periodo de crianza, acreditando que ha sido efectivamente trabajado y nos otorgue experiencia laboral, incluso aunque no haya existido remuneración en su desarrollo.
– Un cambio en el ámbito de la investigación y las universidades para madres que se encuentren estudiando o investigando, que a día de hoy se basan en la competencia y el mérito economicista y patriarcal. Se deberían tener en cuenta los tiempos que requiere la crianza mediante soporte, becas específicas y redes de ayuda en estos espacios y etapas.
Bonificación por contratación del personal en sustitución
Para construir un mercado laboral respetuoso con las madres y la crianza y una sociedad justa, demandamos:
– Bonificar la contratación de personal de sustitución para que las mujeres embarazadas y madres trabajadoras por cuenta ajena o autónomas puedan acogerse a los permisos relacionados con la maternidad y la crianza, sin ser discriminadas por ello. Además demandamos que estas bonificaciones sean estables en el tiempo y publicitadas. Debemos desterrar de una vez el prejuicio patriarcal de que “contratar a una embarazada sale muy caro”.
Reducción de la jornada laboral a 35h
La actual jornada laboral es incompatible con la vida y los cuidados. Por este motivo demandamos:
– Una reducción de la jornada laboral para toda la población a 35 horas semanales y a 30 horas semanales para trabajadoras con menores de 12 años, sin reducción de retribuciones, para que sea el empleo el que se adapte a la vida y no al revés, y que las únicas opciones no sigan siendo la renuncia del empleo o la externalización de los cuidados
El teletrabajo no es la única ni mejor opción
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El teletrabajo y la flexibilidad a elección de las y los progenitores pueden facilitar la conciliación en empleos que no requieran presencialidad y evitar también largos desplazamientos.
Sin embargo:
– Debemos tener en cuenta que no siempre son soluciones válidas para todos los tipos de familia ni de empleos, que éstas tienen que contemplar la actual brecha digital y que no siempre son compatibles con el trabajo de crianza, provocando una gran sobrecarga y estrés en muchas ocasiones.
INFORMACIÓN Y ACOMPAÑAMIENTO SOCIAL Y JURÍDICO A LA MATERNIDAD
Información sobre recursos y prestaciones de maternidad
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No existe actualmente un sistema unificado para informar y acompañar a las
madres.
Por ello demandamos:
– La creación y puesta en marcha de una red de oficinas públicas que informen y asesoren sobre todas las prestaciones relacionadas con la maternidad, de forma unificada.
– Orientación y acompañamiento jurídico y social a madres y criaturas sobre cualquier forma de violencia machista.
Medidas para el cuidado de las madres puérperas
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Las madres durante el puerperio cumplen una función social de vital importancia
que debe ser protegida y sostenida. Proponemos:
– Asistencia domiciliaria para familias con bebés para que se ocupen de tareas
domésticas, cocinar o atender a hijas e hijos mayores, o un servicio de comida a domicilio, similar al existente en otros países europeos. Es especialmente
prioritario en el caso de familias monomarentales.
– Asistencia domiciliaria de apoyo psicológico en el puerperio y de apoyo a la
lactancia materna.
– La creación, el fomento y apoyo de espacios públicos y/o autogestionados
de cuidados, como los espacios familiares, grupos de apoyo a la lactancia
materna o de crianza, talleres gratuitos de autocuidado y de crianza sobre temas de interés para madres y familias.
MIRADA NO ADULTOCÉNTRICA
Incluir a la infancia en todos los espacios
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Vivimos en una sociedad adultocéntrica que no tiene en cuenta las necesidades de la infancia. Por ello reclamamos:
– Una revisión con mirada no adultocéntrica de todos los espacios públicos,
físicos y conceptuales, así como de los horarios y tiempos sociales, que
actualmente no responden a las necesidades vitales de niños y niñas.
– Que las ciudades y pueblos proporcionen espacios apropiados para jugar y
reconectar con la naturaleza, acordes con la riqueza y creatividad infantil. Los
parques infantiles no son ni la única ni la mejor opción.
– El fomento de espacios de socialización intergeneracionales.
– El fomento de espacios públicos que faciliten la participación política y social de las madres.
– Que la infancia sea el patrón de humanización, si queremos espacios y
tiempos humanizados, adaptados a personas de todas las edades, condiciones personales, niveles económicos, etc.
Cambios en el sistema educativo
– Tiempo y recursos para que las familias puedan elegir si externalizar o no. En la infancia temprana, la externalización no puede ser la única ni es la mejor opción. Adquirir contenidos no es una necesidad de las criaturas de 0 a 3 años, que necesitan la seguridad de sus figuras de apego. Tampoco es una necesidad la socialización en espacios institucionalizados y segregados por franja de edad, ya que esta se puede dar en los propios hogares o en espacios abiertos y con mayor diversidad.
– Para las familias que decidan externalizar, es imprescindible que se generen cambios en estos espacios: ratios más pequeñas, acompañamiento y periodos de adaptación reales, que se tengan en cuenta los ritmos de cada criatura, que las familias puedan decidir el uso y los tiempos de estos espacios y que se facilite amamantar.
– Que en la educación obligatoria, a partir de los 6 años, el sistema educativo no sea el lugar donde se deja a niñas y niños para que sus progenitores puedan trabajar.
– Un cambio en el sistema educativo, formal e informal, que tenga en cuenta las necesidades de la infancia, como el contacto, el juego, el movimiento, la experimentación, una atención personalizada a través de ratios menores, espacios abiertos, contacto con la naturaleza, una alimentación saludable, local y de temporada, patios vivos e inclusivos y que fomente la cooperación y la empatía. Una escuela que no se centre en los méritos y la productividad, que reduzca la actual sobrecarga de niñas y niños y donde la infancia sea protagonista de sus propios procesos de aprendizaje.
– La implementación transversal de la coeducación, del acompañamiento emocional y del desarrollo afectivo-sexual en todas las etapas educativas.
– Que se incluya en los planes de estudios de formación profesional y universitarios relacionados con la salud, la psicología, la educación, el derecho y las ciencias sociales una mayor actualización de conocimientos sobre la maternidad, la crianza temprana y la lactancia materna.